Desde mayo para acá los golpes vienen más seguiditos. La cotidianidad es menos tolerable porque ya se necesita poco para desanimarme, lanzarme al espiral de depresión y ansiedad. Cuando dicen que hay que tener una visión positiva, no entiendo. Nadie sale a la calle o se despierta al día buscando joderse adrede. Miro mis viejos fotos cuando sonreía fácilmente y ahora no hay fotos donde sonrío, me cuesta el mundo sacar una mueca. Mi sonrisa ya es una mueca. Cumplo año en estos días y el inventario es parco. No sé qué hacer conmigo mismo.
Poeta puertorriqueño nacido en San Juan, Puerto Rico. Ecribo en español e inglés.Cinco libros publicados, cuatro inéditos.
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July 2017
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